Hacía mucho tiempo que me debía mi espacio, siempre dejando cosas por allá y por acá escondidas en cajas, bolsas detrás del sofá, todos los armarios de la casa ocupados con mis hilos, almohadas, telas, agujas y lanas... y por qué no libros, patrones y revistas.
Pero hace como un mes me puse firme a acomodar el cuartito de la terraza, que era mitad lavadero y cuarto de planchado (debo admitir que con poco uso), y mitad escondite de cuanto cachivache andaba por ahí.
Primero hice una gran limpieza de cosas inservibles e inutilizadas desde hacía tiempo y logré llenar 3 bolsas de consorcio enormes, luego vino la etapa de pensar qué podía poner ahí sin gastar dinero extra, o muy poco, y por último reciclar alguna cosita que ya les mostraré.
Así que empecé dándole nueva vida a una caja de hilos que había comprado por internet hace varios meses atrás, y que estaba bastante mal cuidada la pobre como se ve en las foto
Lo primero que hice fue darle una buena lijada con lija fin fina, para no lastimar la madera y ver qué tal resistía al tratamiento
Luego comencé a lijar para dar efecto decapado, antiguo, no sé, algo que a mi en lo personal me encanta ver en los muebles antiguos de buena madera
Y el resultado final fue darle terminación con cera en pasta apenas rojiza, cuyas fotos verán en la próxima entrada
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