El año pasado mis hijas me pidieron unas prendas al crochet, y si bien las empecé no tuve tiempo de terminarlas por diversas razones, pero este mes de febrero que ha sido un poquito más soportable que enero ha hecho que pueda terminar unas cuantas cosas, entre ellas estas prendas de Carolina y Camila.
Este sueter de verano calado es de Caro, realizado con hilo tipo macramé con una hebrita un poquito brillante, bastante trabajado, pero que me dió sus buenos dolores de cabeza ya que me inspiré en modelos que vi en internet, pero como no tenía patrones ni medidas lo fui diseñando sobre la marcha, por lo que no tengo ningún patrón.
Detalle de las mangas, que son largas y se ensanchan en los puños con un motivo de piñas que me encanta hacer porque da bastante relleno y peso para que tenga buena caída la prenda en sí.
Y esto es una pequeña muestra de la parte inferior del sueter, que se usa con una musculosa debajo en las noches frescas, porque ni pensar en usarlo de día.
Y éster es el vestido de Cami, realizado con hilo rústico de algodón, un poco más grueso que el anterior, ella lo quiere para llevar a la playa sobre la malla, por eso es calado y no está forrado.
Como no se aprecia muy bien en la foto, he recurrido a la modelo propietaria del mismo, pero que no quiso que le saliera la cara...
En este modelo se nota más la rusticidad del hilo, es mucho más grueso y no tiene la misma caída que el otro, pero no por eso no es bonito, en este caso me pasó lo mismo que con el anterior, al no tener un modelo en foto que coincidiera con un patrón, tuve que inventar, diseñar, pensar y analizar cada punto y forma que le daba, pero por suerte el resultado final fue optimo.
Creo que dentro de todo no he estado tan vaga como aparentaba que iba a ser dada la excesiva temperatura que hemos estado padeciendo últimamente que quita las ganas de todo.
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